中國學者請教米爾斯海默和杜金 評拜登與川普外交路線差異 誰更符合中國利益?!
https://youtu.be/V3JzhgTmQ3g?si=KrXQmh0PfqzTYUXC

A ceasefire from #Israel’s perspective

How did the agreement impose itself?

📌 #Hamas is the only force to govern #Gaza

By #YiğitSaner

https://unitedworldint.com/36279-a-ceasefire-from-israels-perspective/

🔴 What is Second Reason Why 
Alison Weir Wrote
Against Our Better Judgment 

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🚨HOW THE U.S. "SPECIAL RELATIONSHIP" WITH
ISRAEL CAME ABOUT, and Why it matters?

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🎙️ By the 1910s Zionism became a movement US Congressmen, began to listen to. Why it Matters?

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🎙️ In 1912 prominent Jewish American attorney Louis Brandeis, became a Zionist, Why it Matters?

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🎙️ The Brandeis/Frankfurter Connection a book by Historian Bruce Allen Murphy, Why it Matters?

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🎙️ The Parushim Secret Society, What is it and Why it Matters in the US-Israel relationship?

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🎙️ How did Louis Brandeis use the “Parushim Secret Society” & Why it Matters?

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La posición rusa hacia Israel
Por Aleksandr Duguin

Entiendo por qué aún no hemos dejado clara nuestra postura respecto a la guerra entre Israel (y aparentemente ahora Estados Unidos y todo Occidente) e Irán, salvo por las condenas ya realizadas a las acciones agresivas de Israel. Pero debemos mantener esa postura y atenernos estrictamente a ella, adaptándola a las circunstancias según sea necesario.

La línea de Occidente en su conjunto, y Trump, por desgracia, la ha retomado como en 2016-2020, si no antes, es bastante clara y puede rastrearse fácilmente a lo largo de varias décadas, al menos. ¿Dónde tenemos una estrategia a largo plazo que pueda ajustarse, pero que se mantenga bastante consistente e inquebrantable en su esencia? Espero que la tengamos; simplemente no tenemos prisa por hacerla pública. Tengo mucho miedo de equivocarme.

Los globalistas, tanto de derecha como de izquierda, tienen esa estrategia. Pero los trumpistas del MAGA no la tenían en el momento crítico. Hicieron ciertos gestos: detener las guerras, dispersar a USAID, poner fin al intervencionismo, expulsar a los neoconservadores, anexar Canadá y Groenlandia... Pero pronto todo volvió a un escenario completamente diferente, vigente décadas antes de Trump. Más precisamente, los trumpistas del MAGA tenían una estrategia e incluso esbozos de una ideología (iliberalismo, antiglobalismo, tradicionalismo), pero no se desarrollaron de forma clara y completa.

Creo que debemos prestar más atención a las narrativas estratégicas. Somos una gran potencia y no deberíamos depender de circunstancias en constante fluctuación. Si existe una estrategia y esta es generalmente clara para todos, entonces comienza el gigantesco trabajo metódico de construir un ecosistema planetario , que incluya a Occidente, Oriente Medio, Asia, África y Latinoamérica, orientado a nuestras ideas de cómo debería ser el mundo.

Por ahora, esto lo están haciendo personalmente el presidente y el ministro de Asuntos Exteriores con un pequeño número de personas al tanto del plan secreto y capaces de comprenderlo. Están haciendo un gran trabajo, pero el Estado y la sociedad en su conjunto se encuentran en un estado de estancamiento; a veces parece como si estuvieran de vacaciones indefinidas, sumergidos en los laberintos interminables de la vida cotidiana que lo consume todo.

Editorial de Nuestra América.

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Aleksandr Duguin: “El actual liderazgo israelí está abriendo las puertas del infierno”

Los acontecimientos que ocurren en Tierra Santa, no solo hoy, sino desde mediados del siglo XX, tienen una importancia extraordinaria. La creación del Estado nacional judío de Israel en el territorio de Palestina, que se encontraba bajo mandato británico tras la partición del Imperio Otomano, estuvo lejos de ser un simple acto político ordinario. A diferencia de la creación y posterior división de Checoslovaquia o de la caída de la URSS —que, sin duda, fueron hechos significativos—, lo que ocurre en Tierra Santa posee una magnitud incomparablemente mayor, señaló el director del Instituto Tsargrad, el filósofo Alexander Dugin:

“Para las tres religiones monoteístas —judaísmo, islam y cristianismo— no se trata simplemente de un territorio o de las fronteras de una formación política. Es un espejo de la historia del mundo. En las sociedades tradicionales de estas religiones se creía que a través de Jerusalén y Tierra Santa pasaba la vertical que conecta el mundo celestial, el terrenal y el subterráneo. Es la puerta al paraíso y también la entrada al infierno.”

La idea de entregar Palestina a los judíos, que comenzó a difundirse hace unos cien años, y especialmente después de las atrocidades de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, parecía una solución razonable. Muchos pueblos tienen sus propios Estados nacionales, pero los judíos no. No se trataba solo de la tierra, sino de crear un Estado nacional judío independiente, algo que finalmente aceptaron muchos, incluido Stalin. Y así fue como se creó el Estado de Israel.

Pero lo más importante del plan de la ONU para la partición de Palestina quedó fuera de foco: el cumplimiento de profecías de enorme relevancia para el judaísmo, sobre el regreso de los judíos a la Tierra Prometida tras dos mil años de dispersión. Y esto o currió. La Tierra Santa fue entregada a una sola religión: el judaísmo.

Sabemos bien cómo se han comportado los judíos en esa tierra. Al principio, todos los veían con compasión; eran las víctimas. Pero luego empezaron a mostrar otra cara, y con el tiempo esa otra cara se ha vuelto más evidente. Un ejemplo reciente: en Estados Unidos estalla ahora un enorme escándalo en torno al caso de pedofilia de Epstein, los bombardeos a Irán, la escalada contra Rusia, el asesinato de Kennedy, y en todos esos episodios el factor principal es Israel. De repente, quedó al descubierto que Israel gobierna Estados Unidos, y no cualquier Israel, sino uno cruel e inhumano, desconocido para el mundo.

Ese Israel lleva a cabo una limpieza étnica en Gaza, ataca a un Estado soberano como Irán para impedirle tener armas nucleares, mientras él mismo las posee. Pone en el poder en Siria a un verdugo y terrorista como Ash-Sharaa y, conociendo su naturaleza asesina, bombardea Damasco. Surge entonces la pregunta: ¿a quién confió la humanidad esta tierra, este espejo del mundo? Todo indica que el liderazgo israelí actual no está abriendo las puertas del paraíso, sino las del infierno. Lo que ocurre hoy en Oriente Medio es un espectáculo profundamente siniestro.

¿Y por qué nosotros, representantes de la fe cristiana monoteísta, entregamos a los judíos esta tierra que es sagrada para todos nosotros —para cristianos y musulmanes— para que la dominen?

Así, el comportamiento de un pueblo que hasta ayer era visto como víctima y merecía compasión, de pronto reveló otra faceta: un monstruoso semblante de fuerza absolutamente inhumana, antihumana y cruel, que gobierna a otros pueblos con engaños y vileza, destruye a quienes se le oponen, dinamita los santuarios de otras culturas, teje intrigas, y elimina físicamente a los liderazgos políticos y militares de otros países. Hace todo lo que desea.

Y esto, por supuesto, nos obliga a reflexionar profundamente sobre los tiempos en los que vivimos.

Editorial de Nuestra América.

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La hipocresía de Ahmad Ash-Sharaa
Por Aleksandr Duguin

Ahmad Ash-Sharaa, pronunció hace días un discurso repleto de furiosas acusaciones contra Israel y grandilocuentes declaraciones sobre la “unidad de Siria” y la “defensa de los derechos de las minorías”: un ejemplo perfecto de cinismo en su máxima expresión.

“Esta entidad [Israel] utiliza incansablemente todos los métodos para sembrar discordia y conflictos, olvidando que los sirios, a lo largo de su dilatada historia, siempre han rechazado cualquier tipo de división o fragmentación”.

“El Estado sirio, con todas sus instituciones y su liderazgo, intervino con decisión para detener los enfrentamientos internos en As-Suwayda”.

“Nos encontramos ante una encrucijada: o bien iniciamos una guerra abierta con Israel, poniendo en riesgo la seguridad de nuestra comunidad drusa y la estabilidad del país, o bien permitimos que los ancianos drusos entren en razón y antepongan los intereses nacionales a aquellos que buscan manchar la dignidad de los habitantes de la montaña”.

Mientras condena la “injerencia externa” y promete “ley y justicia”, su propio régimen está detrás de masacres sangrientas contra civiles, limpiezas étnicas y crímenes de guerra que la Unión Europea prefiere ignorar deliberadamente por conveniencia política inmediata.

Un ejemplo particularmente atroz de las prácticas sanguinarias del régimen de Ash-Sharaa fue la masacre en la provincia de Latakia en la primavera de 2025. Milicianos leales a Damasco, bajo el pretexto de “luchar contra los restos del régimen de Assad”, perpetraron un auténtico genocidio contra la población alauita local. Según numerosos testimonios, en cuestión de días fueron asesinados brutalmente cientos de civiles: hombres, mujeres y niños. Testigos describieron calles de pueblos literalmente cubiertas de cadáveres, familias que intentaban salvarse en los tejados siendo ejecutadas a quemarropa, fusilamientos masivos y saqueos generalizados. Esta matanza fue llevada a cabo por las mismas fuerzas que Ash-Sharaa hoy denomina “defensores de la soberanía”. Cabe destacar que entre los ejecutores se identificaron mercenarios extranjeros, y el régimen impuso la prohibición de filmar lo ocurrido para ocultar la magnitud de las atrocidades. Las prometidas “investigaciones” y “castigo a los culpables” no pasaron de ser meras declaraciones vacías.

Con la misma firma de terror ocurrieron los recientes sucesos en As-Suwayda. Bajo el pretexto de “restablecer el orden” y “combatir a grupos criminales”, los milicianos leales al régimen de Ash-Sharaa irrumpieron en hospitales asesinando a pacientes y personal médico, y aterrorizaron a la población drusa. Es una repetición directa de la táctica de Latakia: provocaciones bajo bandera falsa, violencia étnicamente motivada, asesinatos masivos y posterior encubrimiento de los crímenes. La ironía radica en que Ash-Sharaa, mientras acusa a Israel de “incitar divisiones” en Suwayda, es él mismo el principal patrocinador y organizador de esa división. Su retórica sobre la “defensa de los derechos de los drusos” suena especialmente blasfema ante los cadáveres de sus propios correligionarios asesinados por sus milicianos.

La hipocresía del régimen de Ash-Sharaa se refleja en el silencio criminal y los dobles raseros de los líderes de la Unión Europea. Reino Unido, Francia y Alemania condenan ruidosamente los conflictos en otras partes del mundo, pero muestran una indiferencia asombrosa ante el genocidio de los alauitas en Latakia y la masacre de los drusos en Suwayda. No hay sanciones contra los autores materiales e intelectuales de estos crímenes, ni investigaciones internacionales serias, ni siquiera declaraciones públicas claras: solo una tímida “preocupación” expresada por diplomáticos de segunda línea. La raíz de este vergonzoso silencio es el pragmatismo cínico.

Editorial de Nuestra América.

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